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Los mayores en residencias también van al psicólogo: una figura cada vez más demandada que cuida de su salud mental

Redacción EM 25-04-2024

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A Magdalena García, psicóloga de la residencia ORPEA Castellón, de grupo emeis, le siguen cada día los residentes para hablar con ella. “Me buscan por las instalaciones, a los mayores les encanta hablar con los psicólogos”, explica esta profesional dedicada a la salud mental de los mayores. Las psicólogas como ella son una figura con demanda creciente en una sociedad que ve aumentar la esperanza de vida y, con ella, la necesidad de cuidar la salud mental.

Unos 400.000 mayores viven en toda España en residencias. Aunque el psicólogo no es una figura obligatoria en estos centros, cada una de las más de 50 residencias de la firma emeis cuentan con estos profesionales. Atienden a una población de más de 7.000 mayores, a los que se ofrecen tanto sesiones psicológicas individuales, como grupales.
 
El objetivo de la psicogeriatría es incrementar la calidad de vida, considerando este parámetro no sólo como una adecuada salud física, sino también mental y anímica. La directora médica de emeis Iberia, María de la Mota, señala que “la depresión, la ansiedad y la demencia son los tres grandes problemas de salud mental de la población mayor”. Estos problemas se agravan en ocasiones por “la estigmatización” que rodea a dichas afecciones y puede hacer que las personas sean reacias a buscar ayuda. Es un diagnóstico con el que coinciden las psicólogas de las residencias que supervisa.
  
Desde Marbella, en la residencia ORPEA Puerto Banús, la psicóloga del centro, Mónica Vesprini, enfatiza que los mayores pueden experimentar a veces sensación de soledad, ausencia de objetivos y pérdida de autonomía e independencia. Otras veces la toma de conciencia de que se va perdiendo memoria por causa de una demencia genera ansiedad y decaimiento. El trabajo diario de los psicólogos consiste en reforzar la salud mental del mayor ante estas situaciones y, como recuerda, la psicóloga Esther de Abajo, de ORPEA León, también es muy importante el trabajo colectivo para el mantenimiento de su capacidad cognitiva a través de actividades lúdicas, orientadas y agrupadas según gustos y capacidades.
 
La forma dicen estas psicólogas, es “poniéndose manos a la obra”, es decir, además de practicando la escucha activa con los mayores, organizando sesiones según cada perfil y estado emocional. En todas las residencias de emeis, los mayores tienen sesiones grupales diarias con psicólogo, donde están divididos por nivel cognitivo, el cual determina que la sesión vaya orientada a aprender o a conservar capacidades.

Las más aplaudidas y esperadas, cuentan esta especialista, son las sesiones que se hacen en el exterior, esto es, visitas culturales, a museos y exposiciones: “Vienen renovados y proponiendo planes para la próxima excursión”. Los psicólogos también organizan sesiones que giran en torno a terapia asistida con animales o visitas de escolares de algún colegio cercano.
 
UNA GENERACIÓN MENOS ACOSTUMBRADA A ABRIRSE
Los mayores también pueden pedir sesiones individuales con los psicólogos de las residencias. Y aunque todos los profesionales consultados coinciden en que los mayores tienen cierta reticencia a compartir sus sentimientos, la especialista de ORPEA Santo Domingo, en Madrid, Verónica Alba señala “la ventilación emocional, la generación de vínculos dentro de la residencia y la búsqueda de soluciones conjuntas” como los grandes beneficios de la terapia grupal psicológica en la tercera edad.
 
También, a través del testimonio ajeno se aprende, explican desde la residencia de Puerto Banús, a identificar las emociones y sentimientos propios en el otro, lo que ayuda a su expresión. Compartirlos en un espacio de confianza y confidencialidad, asegura Mónica Vesprini, “facilita el contacto con las emociones y promueve el pensamiento en vez de la actuación. Además, al hacerlo, el profesional puede brindarle herramientas a la persona para el control de su estado de ánimo y la gestión de sus emociones”.
 
¿Y cuáles son esas emociones? Preocupación por el estado físico y cognitivo en el que se encuentran, dificultad de adaptación a la nueva situación y al propio proceso de envejecimiento, sensación de soledad y añoranza de entornos y tiempos pasados. María Montaña Verdugo, de la residencia de Marbella ORPEA Puente Romano, es quien enumera estos problemas referidos por los asistentes, sobre todo en las sesiones individuales, en las que ellas se muestran más abiertas que ellos, por la dificultad cultural del varón a la hora de expresar lo relativo a su vida interior. Ellas hablan más de la familia, sobre todo de los hijos, ellos se refieren con más frecuencia a la vida laboral perdida.
 
Los últimos datos del simposio 'Impact of Ageing on Mental Health and Well-being' ('El impacto del envejecimiento en la salud mental y el bienestar') celebrado el pasado enero en  Barcelona pone de relieve la necesidad de normalizar entre los mayores la figura del psicólogo. Más del 20% de las personas mayores de 60 años sufre algún trastorno mental o neurológico. A nivel global es la Organización Mundial de la Salud quien ofrece datos: aproximadamente el 14% de los adultos de 60 años o más viven con un trastorno mental. Esos adultos mayores de 60 años, añade la OMS, serán en 2030 uno de cada seis.


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